Nos tratan como a niños: A propósito de algunos aspectos de la nueva ley de Protección Animal

Nos surgen muchas dudas y cuestiones de la nueva ley de protección animal que se prevé implantar.


Todos los que trabajamos en el campo de la salud animal estamos de acuerdo en la necesidad de tener una ley estatal que clarifique la situación de los animales en nuestro país y que dé una base a todas las leyes autonómicas, unificando criterios y adaptándose a la situación actual de los animales de compañía.

No hay duda de que hay aspectos muy positivos de esta ley, como intentar poner coto a la cría indiscriminada, a los importadores masivos de animales de países extranjeros en, cuando menos, dudoso estado sanitario, y a la venta masiva sin el más mínimo control. También son loables los objetivos generales, aunque desde nuestro punto de vista, tiene demasiada influencia la forma de ver la problemática animal de las protectoras de animales.

Y hay otras cuestiones bastante dudosas como son la obligatoriedad de esterilizar animales convivientes de diferente sexo, o la más que polémica obligación de realizar un curso para añadir a nuestra familia a un animal.

Nos gustaría hablar un poco de este último aspecto porque creo que demuestra que las administraciones públicas, o mejor dicho, nuestros legisladores, nos tratan como a niños y no abordan realmente los problemas de base sino que ponen tiritas que parecen que hacen algo pero no atacan la raíz de los problemas.

Lo primero que me pregunto es ¿Quién impartirá esos cursos? No es una cuestión baladí. No hay una titulación de experto en derechos de los animales y en su adecuado manejo y cuidado. Si acaso, los que más nos acercamos somos los veterinarios. pero mucho me temo que van a ser las Sociedades Protectoras las que se van a intentar quedar con ese pastel que evidentemente moverá bastante dinero.

¿Cuáles serán los contenidos? Porque si hay un curso, tiene que haber un programa normalizado que sea igual para todos los españoles, Y esa pregunta lleva a ¿Quiénes redactarán esos contenidos? ¿Lo técnicos del ministerio? ¿Asesores externos? Muchas dudas...

¿Servirá realmente para algo? Que hagas un curso no garantiza en absoluto que vayas a cumplir lo que te dan en el curso. Si me dicen que todos los que les han retirado puntos del carnet y han hecho un curso no han vuelto a perder puntos me lo creería, pero la realidad muestra otra cosa.

¿Cuánta burocracia irá asociada? Es decir, quien expedirá el título, como se puede demostrar que lo has pasado, valdrá para una comunidad autónoma o será nacional....

¿No puedes coger un perro o gato hasta que no tienes el curso? Sería como el curso prematrimonial para casarte por la iglesia, que hasta que no lo has terminado no puedes casarte.

¿Quienes tendrán que hacer el curso? Si en España hay millones de hogares con mascota, ¿deberán hacer todos el curso? Porque que tengas a tu cargo a un animal no significa que sepas cuidarlo correctamente como muchas veces hemos visto los veterinarios en nuestras clínicas. Y a la inversa ¿personas como yo, con una formación solidísima en esos aspectos y que llevo viviendo con animales desde mi infancia vamos a tener que pasar por un curso en el que sabemos mucho más que el que nos lo pueda impartir? O ¿va a ser solo para los propietarios novatos que nunca han tenido una mascota?

Tenemos mucha manía en poner puertas al campo y los políticos más. Les gusta que haya un responsable al que echar la culpa, un titulito que dé o no cualificación, o un sistema que permita sancionar por no cumplir una determinada ley sin que se pueda ver si es sensato o no. Más interesante sería educar correctamente en los colegios en vez de tanto cursito. Si formas a los niños en las cuestiones básicas de respeto, empatía, derechos, amor a la naturaleza y, por ende, a los seres vivos (incluidas las de dos patas), tolerancia, etc. es la educación en valores lo que hace que la gente se comporte de manera correcta y no un título que sirva para sancionarte si no lo tienes. Y, además, luego nunca se ponen los suficientes inspectores o formas de control que realmente nos aseguren que esa normativa se va a cumplir. Pero si hay un problema siempre habrá alguien al que utilizar de cabeza de turco por ser el responsable.

En este mundo con sobredosis de información y en el que puedes conseguir el conocimiento que precises a un click de distancia, quien quiera tener un animal en su familia puede buscar asesoramiento de los profesionales adecuados (los veterinarios) o consultar por internet esos aspectos sobre los que tengan dudas.

Así que, señores políticos, empiecen a trabajar por formar individuos independientes, con criterios y valores y dejen de crear normativas absurdas que sólo sirven para maquillar que se hace algo y no abordan el problema real al que nos enfrentamos. Pero claro, trabajar a largo plazo no es algo que piensen mucho nuestros políticos que solo están pensando en la mayoría de las veces en cómo ganar las próximas elecciones.