La soledad del gerente de clínica veterinaria

Los dueños de clinicas se sienten solos e incomprendidos a la hora de tomar decisiones sobre su empresa y equipo


Este fin de semana leí un estupendo articulo de Xavier Marcet, sobre la soledad del manager. (artículo aqui). Como casi todo lo que escribe Xavier, no tiene desperdicio. Os recomiendo que le sigais.

El artículo me lleva a reflexionar sobre los solos e incomprendidos que nos sentimos los propietarios de clínicas veterinarias. Si la soledad a la hora de tomar decisiones es algo inherente a los gerentes, en el caso de las clinicas veterinarias se ve agravado por la desconexión que se tiene en muchos casos con otros compañeros en la misma situación. Es fácil ver dueños de clínicas que, encastillados en su clínica, perciben todo lo que hay alrededor como el "enemigo", lo que les bloquea para tener relaciones sanas con los compañeros de profesión que hay en su entorno geográfico. Otro aspecto generalizado a la hora de tomar decisiones es la falta de tiempo, mal endémico de nuestra profesión. La falta de tiempo nos da la excusa para no tomar decisiones o por el contrario, nos lleva a tomar decisiones sin la necesaria reflexión, en muchos casos en caliente, con los resultados negativos que eso supone.

Dicho lo anterior, no quiero desviarme del tema principal, la soledad a la hora de tomar decisiones. Cada vez está más de moda integrar a los equipos en la toma de decisiones. Y aunque diga moda, realmente es una necesidad que sólo aporta beneficios a los que toman ese camino. No solo resultados de crecimiento del negocio, sino también en la satisfación y fidelizacion de nuestros empleados, que se sienten valorados, respetados y parte de la empresa. Ya sabemos lo complicado que es en nuestras clínicas reponer la pérdida de un veterinario senior o un buen recepcionista o auxiliar en nuestras clínicas. Más nos vale cuidarlos mucho. Hacerlos participes de las decisiones del negocio es una muy buena forma de mantenerlos, añadido a un buen salario y buenas condiciones laborales. El santo grial del veterinario, tan fácil de decir y que nos cuesta tanto conseguir y ofrecer a nuestros equipos (pero esa es otra historia....o quizá no)

Es una realidad terca que hay momentos en los que es el líder el que tiene la última palabra. La decisión que marcará el rumbo del negocio y que puede provocar el éxito o el fracaso. Es imposible inhibirse de ese momento, aunque sea posible inhibirse de tomar la decisión. Tendremos que asumir que las consecuencias de no tomar decisiones nos puedan llevar al desastre, arrastrados por una corriente en la que nos dejamos llevar.

Las decisiones que más nos cuestan son aquellas que tienen que ver con las personas (soft clinicas veterinarias). Es humano huir del conflicto pero, como dueños de una clínica, no podemos dar de lado a conversaciones difíciles con nuestros empleados y, llegado el momento, tomar la decisión más dificil de todas como puede ser prescindir de alguien del equipo. Nos faltan herramientas adecuadas para encarar esas conversaciones difíciles. Suerte, que personas como Miguel Ángel Díaz Sánchez nos van ayudando a mejorar este aspecto.

Por otro lado, tomamos decisiones con mucha facilidad cuando hablamos de inversiones en equipamiento o aspectos similares, muchas veces ignorantes de la amortización que debemos conseguir con dicho equipamiento, lo que nos generará en nuestro flujo de caja ese gasto y de los aspectos realcionados con su uso como puede ser la capacitación técnica. Si miráramos todos estos aspectos con una visión mucho más empresarial otro gallo nos cantaría.

Volvamos a la soledad en la toma de decisiones. Hace ya muchos años, en la tristmente desaparecida Vetersalud, hicimos una encuesta a los asociados sobre que es lo que más valoraban de estar en esa asociación. Yo pensaba que algunos dirian que los acuerdos comerciales, si era el ahorro de costes lo más importante para ellos. Otros me dirian que el marketing, si lo que más les interesaba era el crecimiento. Y otros me dirian los protocolos, si su mayor ambicion era dar organización y estructura a su clínica. Y, aunque efectivamente, todos los asociados valoraban posivamente esos aspectos y otros como la formación, lo que me sorprendió es que muchos asociados dijeron, como argumento principal, no estar solos.

La soledad como gerentes (ver dolores del gerente) nos hace mucho daño. Además, nos solemos sentir incomprendidos por nuestros amigos, familias....incapaces de conocer la montaña rusa emocional que es trabajar en una clínica veterinaria a lo que se suma lo de ser gerente de estas microempresas, tocando multitud de palos sin la formación adecuada. Por eso, asociaciarse a Clinicas Veterinarias Wecan, en las que puedes plantear los problemas que te surgen en el día a día sin que nadie te juzgue y con la ayuda de personas que pueden haber pasado por tu misma situación, hacen tanto bien a los propietarios de clinicas. Saber a quién puedes recurrir para que te escuche, comprenda y ayude da mucha paz mental a los gerentes/dueños de clínicas veterinarias.